Un viejo sabio, un viejo búho…
Los que habitan la cabina de radio
están listos. Los locutores acomodan sus micrófonos mientras la productora hace
señas tras el cristal. Tienen como invitado a un hombre de espalda encorvada y
aspecto decrepito que lleva consigo una valijita de dónde saca algunos papeles.
Finalmente una luz roja se enciende indicando que sus voces están al aire. El
Conductor da una última pitada al cigarro y hace la presentación: <<Damas y Caballeros, con ustedes el hombre que más sabe de deportes en el
Universo… Él es ¡Eliomar Tecolote de Boer!>> De la garganta del anciano sale expulsado un grito
estrepitoso, como el graznido de un ave enfurecida o el de un gladiador
saltando al antiguo Coliseo. La Hinchada estaba esperando con ansia la aparición
de este sabio del deporte y no tardan en demostrar su admiración cantando al unísono
un variado acervo de insultos: ¡Viejo
búho, Viejo Puto! ¡Viejo Tragasables! ¡Viejo MascaLolis! ¡Viejo ChupaChotas!
El viejo esquiva con elegancia aquellos improperios cual as del balón driblando
adversarios en el campo de juego. Tras
la calurosa bienvenida, da inicio su columna deportiva cuyo guión es similar al
de una película clase B.
No le importa la fama, no le importa la gloria, no le importa
el deporte…
La voz aguardentosa del viejo despliega
toda una filosofía que va en contra de los amos del negocio; no se sube al
barco de los ídolos -que en muchos casos los considera de pies de barro- ni tampoco es condescendiente con los perdedores.
A cada comentario vertido, Eliomar pone de manifiesto que sabe sobre cualquier
deporte de cualquier rincón del mundo, no obstante deja en claro su desprecio
por ciertos deportes anglosajones: <<¿Futbol
Americano? Yo solo sigo deportes cuyo balón sea redondo>>, <<¿Qué es un bate?>> Refiriéndose al
Beisbol. Alejado del análisis deportivo convencional lleno de estadísticas y frases
hechas, el viejo búho prefiere indagar en historias que transgreden la dinámica
del deporte mismo. Sexo, muerte y desilusión son satélites que giran en torno a
las historias que relata. Es así que nos enteramos de como la cañería de la
Villa Panamericana en Puerto Rico quedó atascada por cientos de condones
usados, o que atletas Norcoreanos fueron obligados a pararse en una plaza
pública para recibir los insultos de sus compatriotas debido al fracaso en sus
disciplinas. También nos enteramos que un guardameta apellidado Palos tuvo la
osadía de llevar a un hotel a dos quinceañeras que conoció en internet, o del
ahogamiento de varios futbolistas en las lejanas tierras del Congo cuando estos
intentaban cruzar un rio para acudir a su siguiente encuentro que nunca llegó;
Eliomar siendo un tipo sensible, les envía las Congolencias.
Rompiendo marcas mundiales llegando al extremo de romper las
pelotas…
Pese a ser un erudito absoluto en
el deporte, Don Tecolote no esconde su pasión predilecta: El Fútbol. Es un
amplio conocedor de las ligas sudamericanas teniendo como amores inseparables a
la Copa Libertadores y la Copa América. El gran número de
seguidores Mexicanos fue buen motivo para acercarse al balompié de ese país.
Poco tardó para convertirse en un
experto de las Liguillas al
grado de vaticinar resultados con un gran porcentaje de efectividad apostando
incluso en contra de las probabilidades más obvias. Es por tal motivo que sus
adeptos han acudido semana tras semana hacia esta especie Gurú, para que él les
pueda brindar “las respuestas” que en muchos casos devienen en reciprocas
andanadas de insultos. Hay una consigna que todo seguidor del Viejo Búho debe
saber: Eliomar nunca se equivoca, y cuando lo hace se inventa triquiñuelas; lo
mismo puede fingir demencia o ponerse la casaca del contrincante si el
resultado no le es favorable. Pareciera ser un jugador de póker con más ases
debajo de la manga que cartas en juego.
Los
incontables años que tiene este viejo le permiten ostentar uno de los logros
que quizá ningún otro periodista deportivo posee: Haber acudido en calidad de
cronista a cada uno de los campeonatos mundiales de fútbol, desde aquel primer
título obtenido por la Selección Uruguaya en 1930 y que daría pie a su romance
con los colores celestes, hasta el obtenido por España en Sudáfrica 2010, donde
la mascota NO oficial del torneo, el nene
con frac, sería el suceso más importante de esa justa debido al pobre
espectáculo brindado por las selecciones.
Eliomar es al fútbol lo que Fidel Castro al comunismo. A lo largo
del tiempo ambos han atestiguado el nacimiento y la transformación de sus
respectivas disciplinas y presenciado también la consumación de antiguas
leyendas y el surgimiento de nuevos ídolos. Su despreció hacia la FIFA solo es superado
por la aversión hacia dos leyendas vivientes del balompié: Pelé y Maradona. El primero por ser la imagen políticamente
correcta del fútbol y por haber debutado con
un pibe. En cuanto al jugador Argentino, es por el simple hecho de
mantenerse con vida; podría pensarse que lo ve como el mejor de los caballos,
el cual debe ser sacrificado por ser un espécimen en decadencia, pero una
teoría mas sólida es que el viejo posee un autógrafo de la época debut de
Maradona con Argentinos Juniors, de modo
que el souvenir se cotizaría a niveles exorbitantes cuando el astro muera.
Es
de esperar que cualquier periodista o persona curiosa se interese en conocer
los elementos y el contexto histórico que habrían de conjugarse para dar origen
a equis personaje destacado. Esto lleva a preguntarme: ¿De dónde y cómo surgió
esta especie de animal mitológico llamado Eliomar Tecolote de Boer?
Piernas de atleta Soviético, cabellera de león y hocico de
perro…
Sobre sus orígenes no se sabe
demasiado. Se menciona que es hijo de Madre Mexicana y un Capitán Holandés al
que le debe su apellido Boer. Lo que es seguro es que en algún momento de su
vida fue a parar a la tierra donde el fútbol es una ferviente devoción y donde
se juega el balompié más pasional del planeta, tanto en la cancha como en las
tribunas: Sudamérica. No por nada terminó adoptando los colores celestes de la
Selección Uruguaya o presume ser Bolsilludo (hincha del Nacional). Por su edad
aun indescifrable, se calcula que sus jóvenes ojos atestiguaron el comienzo del
siglo XX. Eso explica el porqué de su sapiencia en el balompié, pues presenció el
nacimiento de las primeras ligas profesionales y de los primeros torneos internacionales,
situación que le permitiría ser adoctrinado por la vieja escuela, cuyos
futbolistas no eran galanes multimillonarios que anuncian crema par afeitar sino
obreros que debían ganarse el permiso en sus trabajos para poder representar a
su Selección Nacional, fútbol cuya pelota no era ligera ni ergonómica sino una
bola de cuero duro capaz de noquear con solo rematarla de cabeza, donde no
existía el fairplay ni actuaciones de
lesión por parte de los jugadores a diferencia del antiguo juego de gladiadores,
y donde uno que otro jugador en declive prefería pegarse un tiro y morir
fulminado por la gloria antes de dar lastima en espectáculos extra cancha.
Las
influencias que formarían al joven Tecolote no se limitaron a lo deportivo. Fue
compañero de colegio del legendario Ernesto
Guevara, lo que sin duda les permitió nutrirse mutuamente para forjar el
espíritu revolucionario que en ambos florecería años mas tarde. <<¡Asesinado!>> exclamaría
un consternado Eliomar tras enterarse del fallecimiento de su ex compañero en
una transmisión de su columna deportiva… cuarenta y cinco años después de la
muerte del Che.
Tras
consagrarse como periodista deportivo y viajar a distintas partes del mundo, es
en el Mundial de México 70 donde repetiría el patrón que su padre efectuó:
Enamorarse de una Mujer Mexicana. La famosa actriz de telenovelas Verónica
Castro fue la elegida. Lamentablemente aquel tórrido romance no duraría mucho
tiempo ya que algunos directivos de Televisa se interpusieron debido a que
tenían el plan de emparejar a la bella actriz con un comediante de aquella época.
El triste tecolote regresaría a su habitad natural para seguir ejerciendo su
profesión. Escribió excelentes reportajes para la prensa escrita e incursionó
en la radio, siendo este el medio donde mejor se desenvolvería. Su último
trabajo conocido fue dentro del programa de radio independiente En caso de que el mundo se desintegre donde participó en varias
temporadas. Fue en este sitio donde hizo detonar todo el talento y la
experiencia adquirida a lo largo de los años y donde ganaría adeptos de muchas
partes del mundo.
Y recuerden ¡El deporte es saluuu!
…esa lucidez con que el Viejo
Búho analizaba el mundo del deporte. Sin despedidas de por medio, fue en Diciembre
del año 2011 cuando Eliomar ofreció su ultima columna deportiva en el programa
radiofónico de ECDQEMSD. Quedará en la memoria aquella frase que acuñaba el
conductor para referirse al viejo, la cual nunca resultó exagerada… sin duda Eliomar
Tecolote de Boer es el hombre que más sabe de deportes en el Universo.
por Javo